No podemos detener los dibujos que se forman en el aire.
No podemos detener los dibujos que se descuelgan de la noche.
No podemos detener los dibujos que nos incendian el pensamiento.
No sabemos quién traza esos dibujos.
No sabemos por qué esos dibujos adornan
estos vagos suburbios de la nada.
Ni siquiera sabemos si nuestros ojos sirven
para ver esos dibujos.
Pero el hecho que más nos sorprende
es que todas las cosas resulten incompletas,
ya que ninguna existe o se sostiene
sin la complementación de estos dibujos.
No es raro entonces que estos dibujos nos parezcan
más perfectos que el aire,
más habitados que la noche,
más reales que el pensamiento.
Roberto Juarroz
Poesia vertical.